Vincenzo Francesco Luigi Pallotti, hijo de Pietro Paolo y Maddalena De Rossi, nació en Roma el 21 de abril de 1795. Después de una juventud religiosamente alimentada por sus padres, es ordenado sacerdote el 16 de mayo de 1818. Desde entonces, a causa de su amplio e intenso apostolado, mantiene amistad con los eclesiásticos y los laicos comprometidos activamente en mantener viva la fe cristiana en el pueblo de Roma. Su presencia pastoral en todos los frentes lo lleva a estimular la colaboración de los eclesiásticos, de los religiosos y de los laicos. Roma le ofrece un vasto y fecundo campo para la actividad sacerdotal y apostólica. Su dedicación pastoral abarca todo el ambiente de la vida eclesial. Sabe abrirse a los pobres y a los despreciados, atiende la confesión incansablemente, da conferencias a religiosas y predica misiones en parroquias, organiza la formación cristiana de la juventud, de los adultos y del clero, abre y apoya orfanatos, difunde la buena prensa, alienta las misiones, es sensible a los problemas del oriente cristiano y da inicio a la celebración del Octavario de la Epifanía como testimonio de la unidad y de la universalidad de la Iglesia. Por sobre todo se preocupa de ser un hombre dedicado a dar gloria a Dios y a la salvación de los hombres. Y la fuerza motriz de todo este apostolado, dirigido a reavivar la fe, es la caridad en la doble dimensión espiritual y temporal. En la vida y en la actividad apostólica de Pallotti, un objetivo predominante, la levadura que anima a todos los otros, es el de progresar cada día hacia la santidad. Cada momento de su existencia tiende a Dios infinitamente santo. S. Vicente se siente atraído por Dios y confiesa que Dios es santidad por esencia y con su misma santidad infinita “destruye toda mi maldad. Y destruido todo mi ser, permanece en mí Dios, santidad infinita, inmensa, eterna e incomprensible” (OOCC X, p. 459).
Muere el 22 de enero de 1850 en s. Salvatore in Onda, en Roma. El 22 de enero de 1950 es proclamado beato por Pío XII y el 20 de enero de 1963 es canonizado por Juan XXIII quien dice: «s. Vicente Pallotti es una de las más eminentes figuras de actividad apostólica del siglo XIX … No le bastó con el ministerio ordinario sino que ideó nuevos medios para hacer conocer y amar a Dios» (ACTA SAC V, p. 367).